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“Busquemos soluciones, no más demoliciones”: en Santa Elena protestan para que no tumben más casas

En el corregimiento estalló un problema urbanístico por la construcción irregular.

La Alcaldía enfrenta la situación demoliendo propiedades. Habitantes piden diálogo.


Más de 200 personas protestaron ayer en Santa Elena por la demolición de casas que adelanta la Alcaldía. Piden diálogo, para que personas como las de la foto de la derecha no queden a la intemperie. FOTO

21 de mayo de 2023

Más de 200 personas se dieron cita ayer en el estadero El Silletero, en Santa Elena, para protestar y bloquear la vía de la zona. La razón: la demolición de ocho casas que, al parecer, no contaban con las licencias en regla. Allí estalló una problemática urbanística que estaba cantada: el boom turístico y la burbuja inmobiliaria que se registra en la cabecera de la ciudad terminaron por incrementar las parcelaciones de predios para la construcción irregular. Pero la culpa, según los habitantes de la zona, no es solo de ellos; el Estado carga con buena parte de la responsabilidad.

El plantón comenzó sobre las 9:00 de la mañana y creció minutos después, pese a la intensidad de la lluvia. Hombres, mujeres, jóvenes y niños. Hubo presencia de familias enteras, campesinas, preocupadas por lo que pueda venir para sus viviendas. Se vieron pancartas con letreros de todo tipo: “Nos demolieron nuestros sueños, ¿quién responde?”; “Queremos una vivienda digna”; “Busquemos soluciones, no más demoliciones”; “Los derechos humanos están por encima de cualquier tecnicismo”.

Ana María Moreno, habitante del corregimiento y una de las organizadoras del plantón, sostiene que allí se están cometiendo arbitrariedades, que esa era la razón para salir y bloquear la vía: “La Alcaldía está tergiversando la información, diciendo que las demoliciones son en predios públicos. Pero no es así. En principio, el Estado permitió que se construyeran las viviendas, no actuó, y ahora quiere pasarnos el problema a nosotros”.

Ana, en medio de las arengas de la gente —que no fueron apaciguadas por la lluvia—, agrega que la preocupación escaló con la demolición registrada esta semana. El episodio dejó una familia de cuatro personas a la intemperie. La protagonista de este drama es Claudia Patiño, quien se escapa de la manifestación para mostrarnos lo que quedó de la casa en la que vivía en alquiler con su familia; para mostrarnos el cambuche que armó con su esposo para salvaguardar sus pertenencias.

“Llevamos tres noches con el suegro, que ya está mayor, durmiendo en las ruinas de la casa, con una carpa que nos prestaron. Somos mi esposo, mi suegro, mi hermana y yo”, cuenta Claudia. Pero en el lugar no solo hay una cama y algunas sillas bajo una carpa, allí también hacen presencia cinco perros y un cerdo que se quedaron sin dónde vivir. Su cuidadora dice que esa fue la razón para mudarse a Santa Elena. Llevaba ocho meses en la vereda El Rosario. Allí fue la demolición esta semana. Los propietarios no tenían licencia de construcción.

Volvemos al estadero El Silletero. La afluencia de personas es mayor. Ana reconoce que en el corregimiento hay muchos problemas urbanísticos por el turismo y la llegada de nuevos propietarios. “Estamos desbordados, pero solo se han concentrado en demoler casas”, dice la líder, quien luego afirma que el diálogo con la institucionalidad está roto. Y es que allí, según documentamos esta semana, 530 construcciones han visto frenadas sus operaciones y 476 más están en la mira por supuestas anomalías en sus licencias.

La cuestión es que los moradores reconocen que parte del corregimiento se ha construido así, sin licencias, de forma irregular. “La gente levantaba la casa y luego iba a la Alcaldía, pagaba una multa y le daban la licencia”, afirman. Esa mala práctica, que no fue controlada a tiempo, se convirtió en una papa caliente que aumentó la población del corregimiento en casi 11.000 personas en los últimos cinco años. Hoy, dice Claudia, quieren darle solución demoliendo casas que no tienen los permisos completos, “en vez de proponer otras salidas para las legalizaciones”.

Algunas propiedades, confirman en la zona, afectan puntos de retiro de quebradas, lotes de reserva y predios con fauna y flora relevantes. Proyectos de hostales y glampings se abren paso sin freno alguno. Pero también muchas viviendas son familiares, alegan los vecinos, y eso debería llevar a una actualización de los usos del suelo en el POT de 2014.

El pedido es dialogar. “Porque esto es muy duro, durísimo”, dice Claudia, tras precisar que le ofrecieron escoger entre un albergue en un hotel del centro de la ciudad o el subsidio de un mes de arriendo. Ella y su familia prefirieron esperar otra salida: “Todo, menos dejar a mis animales. Además, quién dijo que está fácil conseguir casa en arriendo”.

Otro habitante de Santa Elena, Inti Zegarra, dice que llegó al corregimiento en el 73. Hace un par de años compró un lote y construyó una casa. Esa propiedad es la siguiente en la lista de demolición: el proceso está agendado para el 29 próximo. Para que esa casa no caiga, decenas de personas protestaron y bloquearon ayer una vía por más de tres horas.

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