• Esta exhibición rinde tributo a los cien años de ‘La vorágine’, de José Eustasio Rivera y al mismo tiempo, es una invitación para acercarse a este clásico de la literatura colombiana.
• La exposición que tiene a la selva como protagonista está compuesta por 14 piezas gráficas que se despliegan y forman un laberinto.
• Estará abierta al público en la Sala El Puerto del Club Comfenalco La Playa, hasta el 4 de julio con entrada libre.
Hace cien años, José Eustasio Rivera publicó la primera edición de ‘La vorágine’ y regresar a esta historia es conmemorar la grandeza de la palabra y el poder de la literatura para conservar la memoria. Por esta razón, ‘La vorágine, el canto de la selva’, se expone por estos días en la Sala El Puerto del Club Comfenalco La Playa, una obra que muestra una conversación artística y literaria.
Con 14 piezas gráficas, esta exhibición narra la historia de Arturo y Alicia, protagonistas de un relato de amor atípico, que aborda los afectos desde matices que pocas veces se han explorado en la literatura colombiana.
Catalina Suescún, diseñadora e ilustradora de ‘La vorágine, el canto de la selva’, describe que su obra está compuesta por piezas que se despliegan o que van formando un laberinto y un remolino a la vez. “La exposición tiene a la selva como protagonista. Está hecha de capas de relaciones, de vínculos y de formas de vida”, agrega.
Entre tanto, Joan Andrés Guzmán, promotor de lectura de Comfenalco Antioquia, detalla que ‘La vorágine, el canto de la selva’ es una exposición que muestra a través de sus paneles, el espacio y la literatura una conversación artística y literaria, una experiencia que llama y mueve a sus espectadores de no olvidarse de lo que somos como país.
Guzmán destaca que “La vorágine continúa palpitando. Sus letras, sus pasajes, su poética, sigue viviendo a través de nosotros en lo que somos como sociedad. Una sociedad que no insta mucho de lo que fue la época, el abandono estatal, esa gran desazón, esa gran barbarie que se cometió con los pueblos aborígenes de ese territorio”, agrega.
El recorrido se adentra en la selva, escucha los pasos, el crujir de las ramas, los pájaros que siguen su ruta, el vaivén de las hojas y las hormigas que amenazan. Una selva exuberante que a veces guarda horror; que nos recuerda que la explotación, la violencia y las grandes bestias que devoran permanecen, pero también lo hace el amor.
Esta exhibición estará abierta al público en la sala de Exposiciones El Puerto del Club Comfenalco La Playa, hasta el 4 de julio con entrada libre el horario de lunes a viernes, de 8:00 a.m. a 7:00 p.m. y sábados de 9:00 a.m. hasta las 5:00 p.m.
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